domingo, 8 de junio de 2014

ESA DELGADA LÍNEA ENTRE LA BONDAD Y LA ESTUPIDEZ

El ser humano y su comportamiento me sigue resultando fascinante. En nuestro entorno social podemos encontrar personas buenas, buenas de verdad. Personas que se preocupan por ayudar a otras, personas que les gusta hacer piña en un grupo de trabajo o de amigos y se limitan a disfrutar de lo que ese comportamiento crea a su alrededor.

Pero al igual que ocurre con el Yin,  existen las personas que son el Yan. Personas que se nutren de las primeras, que se aprovechan de ellas y que ni si quiera les dan un ligero agradecimiento o lo que es peor, dan un agradecimiento de sonrisa aviesa.

Justo en este punto es donde se empieza a distinguir la línea entre ser una buena persona o ser idiota. Mi filosofía es que si eres una buena persona debes de seguir siéndola y que estos "elementos" que te rodean o te parasitan no te cambien, pero eso sí, procura establecer un límite si ves que el aprovechamiento es desmesurado.

Una cosa muy curiosa que suele ocurrir es que cuando te das cuenta que alguien se está aprovechando de ese comportamiento, decides cambiar ciertos hábitos y entonces te ponen el morro torcido y se preguntan ¿Qué le pasará que ya no hace tal cosa? Pues no le pasa nada, simplemente ha decidido ser menos idiota y preocuparse por las personas que lo merecen.

Al final y lo más importante es que el día de mañana tú te vayas pensando que has hecho lo que has podido por ayudar a los demás y por ser una persona ejemplar. Que te vayas con la cabeza bien alta y orgulloso de ti mismo.

¿Y tu eres más Yin o más Yan? Piensalo

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