lunes, 2 de mayo de 2016

LOS BECARIOS Y LA CRISIS

Becario Empresarial: Dícese de la persona a la cual se le da la oportunidad de trabajar, sin responsabilidad alguna, en un entorno laboral sin remuneración económica por parte de la empresa. Con el objetivo de aprender y poder poner en práctica los conocimientos adquiridos.

La crisis ha redefinido la palabra becario añadiendo conceptos como "jornadas maratonianas", "responsabilidades" y "juego de doble moral".

Las empresas han aprendido una nueva forma de trabajo gracias a esta crisis que nos tiene fritos. Lo que se denomina: "El Ciclo del Becario"

Cuando empezaron las becas de empresa, era una oportunidad fantástica, era un privilegio ser seleccionado porque ibas a aprender, a formarte, a conocer el mundo empresarial. ¡Qué nervios!

Porque eso es lo que era y es un becario, alguien que se está formando y que a la empresa no le cuesta nada, es más, posiblemente incluso le beneficie económicamente con algún tipo de rebaja fiscal.

Llegamos a las cifras, a ver como está el tema. En 2013 había en el mercado 20.000 becarios de convenio de Universidad, en 2015 la cifra era de 70.000. Todo esto sin contar los becarios que vienen de otras ramas como Ciclos Formativos o Cursos de Formación.

Pero bueno, no hay que quejarse demasiado ¿No? Al fin y al cabo una beca es un posible conducto hacia un trabajo estable ¿O no?. una oportunidad para demostrar lo que vales, lo que puedes aportar y así poderte quedar. Ja!... Ja!... Ja!...

El Real Decreto dice claramente que un becario no podrá suponer la sustitución de un puesto de trabajo.

Desde luego el mundo del becariado es para hacérselo mirar. Hay que establecer una regularización pero a la de ya. Control de horas obligatorias, control de porcentaje de becarios en empresa, responsabilidades adquiridas...

Lo genial es que la empresa pinta todo esto como una oportunidad para la persona. Como un favor para que se curta en el mundo laboral. Pero estos favores tienen un límite, un límite a partir del cual es el becario quien hace el favor a la empresa.

Cuando todo esto empezó, sí que se consideraba una oportunidad de colocación el que una empresa te llamase a una beca. Yo mismo conozco gente que empezando como becarios han conseguido un puesto de trabajo estable, pero eran otros tiempos.

Poco después la rueda de triturar becarios se puso en marcha y parece no tener fin. Antes se cogía un número concreto de becarios en función de puestos de trabajo o necesidades, ahora... 7... 8...10... 15... parece no tener límite y al final de la beca, prácticamente todos desfilan por la puerta.

Hoy hablas con becarios y ya tienen claro a lo que se apuntan, a recoger algodón. Saben que no hay un puesto para ellos, de hecho muchas empresas se lo dicen el primer día, así que la mentalidad es demostrarse a sí mismos que son capaces y de paso llenar currículum.

¿CÓMO CONTROLAR TODO ESTO?
Quizás la Universidad debería implicarse más. Establecer controles, reuniones con el becario para que le explique que hace en su puesto de trabajo, que horario cumple, que responsabilidades le asignan, etc...

El tema de la remuneración es otra historia. Puedo llegar a entender el hecho de que no se pague a un becario ya que se le está dando una oportunidad pero la no remuneración debe ir acorde con las responsabilidades, la jornada laboral, y dejar a un lado el juego de doble moral que termina haciendo sentir mal al pobre becario, como que debes algo a la empresa. 

Gracias al cielo, me da la sensación que algo está cambiando pero por el eslabón que no debe, por el del becario. Se asumen actitudes más pasotas como salir a la hora, evadir responsabilidades, no implicarse demasiado e incluso hablar con la Universidad.


La crisis ha descubierto un mundo de oportunidades a la empresa. Se ha creado o afianzado el "Ciclo del Becario" y el ahorro que les supone no tiene parangón.

Sinceramente, creo que una de las soluciones al elevado paro en nuestro país sería regularizar este problema, porque sí, las prácticas de empresa se están convirtiendo en un problema más que en una solución. He dicho.


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