domingo, 17 de abril de 2016

REMARCANDO EL ERROR

¿Es una buena estrategia remarcar los errores? ¿Por qué no destacamos los aciertos de igual manera?

Desde pequeños en la escuela nos marcan las cosas mal hechas, nos las resaltan en boli rojo para que se vea bien. ¿Alguien se ha preguntado que sensación le deja esto al estudiante? Pues la sensación que deja, posiblemente, se acerque a la insatisfacción o la frustración.

La cosa no mejora cuando creces. Trabajando te das cuenta de que todo continua igual. Te comes broncas por cosas mal hechas pero si haces algo correcto nadie te dice nada. Puedo afirmar sin miedo a equivocarme que una de las razones del estres, del mal estar general, del estar quemado en la empresa es precisamente el miedo y la presión por el error junto con la ausencia de estímulo positivo. Coño! Qué con un simple gracias se puede cambiar el humor de una persona.


Ojo! No se equivoquen. Me parece correcto decir a alguien en que se ha errado, de una manera normal y sin resaltos, siempre y cuando se le diga cual es lo correcto también.

¿Cuántas veces nos han resaltado un error en la escuela, Universidad, trabajo e incluso en la vida cotidiana pero nunca nos han dicho la forma correcta de hacerlo?

A vosotros no sé pero a mi me motiva y me deja buenas sensaciones cuando me dan las gracias por algo, cuando me dicen lo bien que he hecho algo y en el colegio me alegraba cuando me decían que algo me había salido bien. Dan ganas de continuar, en cambio cuando te remarcan el error... ¿Dan ganas de continuar?

¿Por qué no empezamos a remarcar lo bueno? Además, esto tiene la ventaja, a diferencia del error, de que sabes cual es el camino a seguir.

A veces no es tan importante remarcar el camino incorrecto como señalar cual es el camino correcto.

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