Cuando hablamos de rutina siempre nos suele dar la impresión de algo aburrido y monótono. Nos gusta decir que ojalá nuestros días fueran distintos y siempre hacer cosas nuevas. Pero la verdad es que en ocasiones la rutina no está nada mal y parece ser que puede ser hasta saludable.
Normalmente tener nuestro puesto de trabajo lleno de Post-it o nuestra habitación algo desordenada nos puede llegar a generar estres. Lo curioso es que en nuestra vida pasa algo similar. si no gobernamos nuestros días y cada uno de ellos se desarrollo de forma caótica puede llegar a ser contraproducente para nosotros mismos.
Que se entienda bien todo esto, no estoy diciendo que nos convirtamos en autómatas programados. Entendamos las rutinas como serie de patrones mediante los cuales afrontar las decisiones de nuestro día porque sin estos patrones corremos el peligro de entrar en la procrastinación, vamos, lo que viene siendo hacer algo que no deberíamos estar haciendo.
RUTINAS BÁSICAS
Tómate unos minutos para planificar el día. Decide que vas ha hacer, como lo vas ha hacer. Solo con una visualización de tu día de 5 minutos te evitarás imprevistos de horas.
Vete revisando tus logros cada cierto tiempo. El hecho de ver que vas consiguiendo metas hará que cojas confianza y fortalezcas tu poder de decisión, lo cual irá convirtiendo tus días en algo más y más productivo.
El ritual de irse a dormir. Esto, en mi opinión personal, es lo que más se nota. Si te acostumbras a irte a la cama a una hora determinada y levantarte a otra, conseguirás empezar el día descansado y repleto de energía. Normalmente cuando se siguen estas rutinas no se suelen tener problemas para dormir de un tirón toda la noche. Lo tengo demostrado.
De esta forma cuando hablemos de rutinas tenemos que pensar en estructuras, en patrones a seguir para conseguir aumentar la productividad de nuestros días. una ayuda para no perdernos en las 24 horas que tiene el día.
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