Uno de los mayores quebraderos de cabeza del ser humano es poder controlar la energía del Sol y lo más lejos que hemos llegado son las placas solares. ¿Hay algo más?
En la Universidad de Harvard se está estudiando el rendimiento de una bacteria modificada que convertiría la energía del Sol en combustible líquido. De ser cierta esta noticia, sería un bombazo en el desafió energético y una gran ayuda de cara al cambio climático.
Varios investigadores han utilizado la energía del Sol para obtener hidrógeno del agua. Con este hidrógeno, la bacteria modificada, de la especie Ralstonia eutropha, puede convertir el CO2 en un alcohol combustible, el isopropanol.
Este tipo de desarrollos lo están realizando en varios lugares del mundo, la diferencia radica en que en los demás ensayos han utilizado materiales preciosos para acelerar las reacciones, lo cual incrementaría el coste.
Hace dos años, científicos de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y
de la petrolera Shell modificaron los genes de otra bacteria, la Escherichia coli, para obtener Diesel
a partir de ácidos grasos. El problema era que en 2013, producir un litro costaba miles de euros.
Como noticia me parece espectacular y si realmente funciona representará un cambio revolucionario en el campo energético pero como en otras muchas cosas veremos si para muchos es interesante que esto se comercialice, ya que el negocio actual de los carburantes mueve mucho dinero.
Lo lamentable del mundo en el que vivimos es que no basta con que algo sea bueno, además tiene que ser bonito y generar mucho dinero, si no se quedará en el fondo del armario.
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