Pues sí, no todas las aplicaciones de la tecnología son para coches, Smartphones, aviones o máquinas industriales. También la tecnología nos ayudará a disfrutar de una vida algo más placentera.
En 1954 dos investigadores lograron encontrar el centro del placer en el cerebro de un ratón. Mediante un impulso eléctrico en ese punto, el roedor sufría lo más parecido a un orgasmo ratonil. Lo curioso, o no, es que cuando se le dio a elegir al ratón entre comer o recibir dicho impulso, el ratón termino muriendo de hambre pero con una muerte muy placentera.
A día de hoy, está perfectamente localizado el centro del placer en nuestro cerebro. Tan sencillo como implantar un chip y dar a un botón. En 1986 se hizo algo parecido para aliviar el dolor y sufrimiento de un paciente. El resultado fue un cambio de hábitos en la paciente, prefería estar dando al botoncito antes de cualquier otra cosa. El vicio es el vicio ¿No?