Seguramente todos vosotros en algún momento estabais dispuestos a hacer algo y de pronto lo habéis olvidado. ¿Os suena? "¡Hostia! Si tenía que hacer no sé que y no recuerdo" Esto es lo que se conoce como el efecto umbral.
Sufrimos una especie de minidesconexión. Íbamos directos a realizar una tarea y de pronto otra tarea hace que perdamos el foco de lo que queríamos hacer. Vamos a ver como funciona nuestro cerebro.
Cuando empezó el estudio del cerebro, se pensó que su funcionamiento era en modo analógico. Había carpetas donde se guardaba la información y se accedía a ellas en función de las necesidades. A día de hoy, los científicos hablan de un funcionamiento más cercano a lo cuántico, es decir, el cerebro está realizando multitud de procesos y las prioridades las marca el contexto.
Pero... ¿Por qué llamarlo efecto umbral? Estudios realizados por la Universidad de Notre Dame y por la de Knox College de Illinois han encontrado un patrón muy curioso para esas perdidas momentáneas de memoria y es el cambio de estancia. Atravesamos una puerta, cambiamos de lugar y... ¡Ups! ¿Qué iba a hacer yo aquí?
PRIORIDADES Y CONTEXTO
Esta parte es mucho más sencilla de entender. Nuestro cerebro se está reconfigurando continuamente en función del contexto en el que nos encontremos.
Vamos a por un ejemplo. Estamos en casa y nos damos cuenta que tenemos que comprar fairy. Nos vestimos, vamos al coche, entramos en el centro comercial y de camino al pasillo del fairy nos damos cuenta, al ver algo, que también necesitamos eso. Nos dirigimos a la caja, pagamos, volvemos a casa y justamente al entrar... ¡El fairy! Hemos comprado 3 cosas pero ninguna es el dichoso fairy y eso que hemos ido expresamente a por ello.
Nuestra cabeza se rige de esta manera. Los pensamientos, recuerdos, ideas se configuran en función del contexto. Así que cuidado con las puertas, cruzarlas es la diferencia entre el recuerdo y el olvido.
Juas, ya te digo, el efecto umbral es un fastidio. La de veces que me ha tocado dar la vuelta a la estancia en la que estaba a ver si me acordaba de lo que iba a hacer. Así que llegó un momento en que iba repitiéndome en voz baja lo que tenía que coger o realizar cuando me encaminaba a un sitio. Menos mal que no es Alzheimer prematuro!
ResponderEliminarBuena táctica eso de ir repitiendo las cosas jajajaja...
EliminarUn Saludo y Gracias