domingo, 28 de enero de 2018

EL AUTOPILOT DE TESLA

Cada vez se habla más de los coches autónomos y las grandes compañías como Google o Tesla ya tienen alguno que otro funcionando con un éxito relativo. Hay que tener en cuenta que es una tecnología en pañales y que no hay que lanzar las campanas al vuelo. Cualquier avance está bien pero la precipitación y la confianza en este campo pueden tener como resultado la muerte.

Sin ir más lejos, en 2016 un Model S de Tesla con Autopilot tuvo un accidente en el que murió el conductor. El coche tenía el Autopilot puesto a 74 millas por hora cuando un pequeño camión se le cruzó en una intersección y el coche no reacciono a tiempo. La National Transportation Safety Board concluyó que fue un problema de las "limitaciones operacionales" del sistema.


¿Qué limitaciones son esas? Pues las de no poder asegurar al 100% que cuando está el Autopilot funcionando el conductor sigue prestando atención a la carretera. 

Tras este incidente o accidente, mejor dicho, Tesla remarco que el Autopilot no está diseñado para sustituir al conductor sino que es una función más para facilitar la conducción. El conductor no debe relajarse y debe estar prestando atención a la carretera constantemente para reaccionar y tomar el control siempre que sea necesario.

Al coche autónomo aún le queda un largo camino por recorrer. Esto no quiere decir que poco a poco no vayan metiendo nuevas funcionalidades que nos acerquen más a ese concepto pero siempre con la vista puesta en la seguridad total por encima de todo. En esta seguridad hay que contar también con la interfaz humana.

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