Varias veces hemos hablado de la conexión entre vehículos. De que vamos hacia un mundo donde todo estará conectado, semáforos, coches, motos, señales. Todo sea por reducir los accidentes de circulación
Frente a esta utopía, panacea de la circulación vial o conexión total aparece un concepto clave, la seguridad. Una agencia pública revela que mucha de la industria que nos rodea y se dedica a estos menesteres ve alguna que otra laguna.
El V2I es como se llama a la red de comunicación entre vehículos. En Japón lleva un tiempo funcionado y como software ya se ha descubierto que los automóviles que lo usan son vulnerables a hackeos o malware, mala cosa.
Los supuestos expertos en la materia quieren que los organismos oficiales entren en juego creando un estándar y unos protocolos como medidas de seguridad.
En Estados Unidos se cree que se invertirá en torno a 100 millones de dolares en esta tecnología. Su objetivo es que en el 2020 el 20% de los tramos estén cubiertos y permitan la comunicación entre vehículos y su entorno.
Una vez más me parece curioso como germina una idea donde están presentes las palabras conexión y software y de pronto cuando todo está encaminado nos damos cuenta de que la seguridad puede estar en entredicho. Claro que está en entredicho. Es un mundo nuevo, con funciones nuevas y problemas nuevos. Esto ha sido así siempre y siempre lo será.
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