Los drones se están empezando a convertir en algo muy habitual en nuestras vidas. Hasta se dan como regalos para los pequeños de la casa, y no tan pequeños.
Este mundo está en pleno desarrollo y cada vez se sacan más aplicaciones para los drones. Desde rescates, homenajes, exploración hasta cazadores de huracanes y funciones militares.
Se que a nadie nos gusta las aplicaciones militares pero hay que reconocer que grandes inventos de esta vida han salido del seno del ejercito, si no, ahí tenemos Internet. Los drones no iban a ser menos y ya se están empezando ha realizar drones específicos para ciertas funciones de ataque y defensa.
CRACUNS, el dron que emerge de las profundidades, es el ultimo juguetito que se han sacado de la Universidad Johns Hopkins. Este dron se compone de muchas piezas fabricadas en impresora 3D, lo que hace que su coste sea relativamente barato y además usando materiales resistentes a la acción corrosiva de agua. Esto hace que CRACUNS pueda estar aletargado en las profuncidades marinas cerca de 2 meses.
Las especificaciones en su fabricación vienen dadas directamente del Pentágono, así que ya os podéis imaginar que objetivo tiene. Estamos hablando de un dron que se mueve tanto por mar como por aire, que podríamos manejar a distancia y con funciones tanto de defensa como de ataque.
Las funciones que se le pueden achacar son desde espionaje o exploración a equipo de comunicación pero está claro cual es la función principal ¿Os imagináis este trasto con una carga explosiva agazapado en el fondo de una bahía?
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