domingo, 16 de abril de 2017

DESPEDIDA CON HONORES A MS-DOS

Todo el mundo sabe informática.  Es habitual leer en algunos curriculums nivel usuario avanzado pero ¿Qué ocurre cuando llega tu amigo informático y pone "cmd" y aparece una pantalla negra? Adiós al nivel usuario avanzado.

Año 1992, los ordenadores estaban empezando a pegar fuerte. Tener un Amstrad que pudiese leer disquettes (discos de alta densidad) era todo un lujo y si ya tenía MS-DOS 3.30 eras un afortunado.

Arrancar esos equipos y encontrarte el caracter C:\> y un cursor parpadeando era... Aprender los comandos no era una opción, sino una obligación. Nadie suponía que pronto se desataría la locura de los sistemas operativos. Windows 3.11, 95, 98, 2000, Millenium... y un largo etcetera que han tenido siempre esa opción de Símbolo del Sistema, ese salvavidas para cuando el barco hacía aguas. Salvavidas para el que sabía usarlo, para el que no, era poco menos que una pantalla en negro inservible y diabólica.


 
Pasaban los años y las versiones, Microsoft se resistía a quitarlo, es / era como su sello distintivo. Pero espera... ¿MS-DOS fue obra de Microsoft?

Corría el año 1980, el afro estaba empezando a desaparecer, los pantalones de campana eran lo más y el sistema operativo puntero era CP/M de Digital Research. En ese tiempo un tal Tim Patterson creo Quick and Dirty Operating System o QDOS.

Entonces alguien armo un Pc basado en el procesador de moda 8086, ese alguien fue IBM. Para entonces Microsoft no pasaba de un vendedor independiente de programillas pero IBM necesitaba un sistema operativo robusto para su equipo y un tal Bill Gates aconsejó CP/M.

Años más tarde, Microsoft hizo eso que tan bien sabe hacer, saco la chequera y por 50.000 dolares compró QDOS rebautizándolo a MS-DOS. Allen, Ballmer y Gates ya tenían la base de su imperio.

Y así hasta que llegamos a Windows 10 SP2. Por lo que pintan las cosas es el adios a MS-DOS y el hola a PowerShell. Hay que decir que Powershell no es nuevo, ya tiene sus 10 añitos pero ha estado calentando banquillo para sustituir, parece que ya definitiva,  a nuestra pantalla negra tan querida.

 
Para los que hemos visto crecer y aguantar versión tras versión a MS-DOS es una despedida con lagrimillas en los ojos. Me resignaré a creerlo hasta que lo vea.
 

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