Desde hace tiempo, vivimos en la era de la productividad. Cuántas veces habremos oído esa palabra y habremos entrado en discusiones sobre ella. Lo que parece estar claro es que esta palabra cada vez es más importante en nuestra vida ya que de ella puede depender conservar un trabajo o alcanzar objetivos marcados con el menor número de recursos y tiempo consumido.
Lo primero que tenemos que saber y aceptar es que la productividad, a día de hoy, tiene muchos enemigos, entre ellos la hiperconectividad. Smartphone, tablet, ordenador, internet... añoro los días en los que la única distracción era jugar con los bolígrafos.