En los últimos diez años ha cambiado radicalmente el modelo energético de Uruguay. Llegando hasta el punto de que el 94% (sin contar el transporte) de la energía se genera a partir de renovables o limpias.
La transición energética de este país parece ser todo un ejemplo. De depender de los hidrocarburos a importar molinos eólicos. Han pasado de ser importadores de energía a ser exportadores.
La biomasa, energía eólica, solar e hidroeléctrica representan el 55% de su matriz energética cuando el promedio mundial es del 12%.
Este cambio ha tenido dos efectos inmediatos. El primero es que al depender de varias fuentes de energía, han bajado los cortes y apagones de luz que sufría Uruguay, el segundo es que al depender de la hidroeléctrica se han reducido los efectos de las sequías.
Uruguay ha entrado así en el club de los países verdes, junto a Paraguay, Bután, Lesotho e Islandia.
El gran hándicap en estos modelos es el transporte por lo se siguen investigando posibles soluciones para esto.
El transporte... y la economía mundial. Los que manejan los hidrocarburos no están por la labor de cerrar el chiringuito de la noche a la mañana para dedicarse a las renovables.
Se suele hablar de un cambio de modelo paulatino de duración indefinida pero creo que esa duración en el cambio depende muy mucho del tiempo en el que las grandes empresas se hagan con el poder en el sector de las renovables.
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