Allá por los años 90 un Nepalí llamado Mahabir Pun terminó sus estudios en Estados Unidos y decidió volver a su tierra. Se encontró con el problema de que si quería conectarse a Internet debía caminar entorno a dos días hasta Pokhara, el pueblo más cercano con conexión a Internet. Estuvo realizando este viaje una vez al mes durante seis años.
Mahabir luchaba para que los niños del pueblo tuvieran acceso a ordenadores alimentados por hidrogeneradores pero aún y así carecían de Internet. ¿Qué hizo? Construyó su propia red inalámbrica conectando los viejos ordenadores reciclados.
La odisea comenzó en 2001 y para 2003 consiguió conectar Nangi, su pueblo, a Internet. En 2006 ya eran 13 pueblos. Cada vez más voluntarios se unían a la causa y la BBC catapultó su historia.
Hoy más de 175 aldeas y aproximadamente 60.000 ciudadanos se conectan a la red gracias al empeño de este hombre. Además a conseguido fomentar la enseñanza gracias a la ayuda de las tecnologías con la apertura de nuevos centros de estudio.
Es otro ejemplo más de que con empeño y tesón, teniendo el objetivo claro, prácticamente todo es posible.
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