Es de sobra conocido que vivimos en un mundo cada vez más contaminado y con una calidad del aire no muy buena que digamos. Hay capitales como Madrid, Pekín o New York donde la calidad del aire es muy mala llegando a ir con mascarilla por la calle. Una de las paradojas que ha traído la pandemia del Covid-19 es que al obligarnos a parar nuestro mundo, este se ha purificado y ha subido la calidad del aire.
El caso es que con un funcionamiento normal estamos lejos de cumplir la Directiva 2008/50/CE de medio ambiente. Una de las herramientas que salió de esta directiva fue el uso de radares de emisiones. Estos radares pueden medir a tiempo real cuanto contamina un determinado vehículo pero ¿Cómo funcionan los radares?
Antes de meternos en el radar de emisiones vamos a ver como funciona, a grandes rasgos, un radar de velocidad. La mecánica es relativamente sencilla. Se emite un pulso de luz de una longitud de onda y frecuencia determinada, choca contra el vehículo en movimiento y vuelve. Conociendo la velocida de ida, de vuelta y el tiempo que tarde entre pulsos ya tenemos la velocidad del vehículo. Fácil ¿No?
Después de este paseo por los cerros de Ubeda de la física, volvemos a nuestros radares de contaminación pero estos en lugar de medir velocidad, miden niveles de gases y partículas. Los radares de emisiones también llamados equipos de medición remota (RSD) funcionan gracias a la emisión de un haz en una longitud de onda determinada.
¡Me lo explique! Vamos más despacio. Estos radares disparan un haz laser contra la nube de gas que emite un vehículo, al otro lado de la calzada se coloca una placa fotométrica y se mide la energia con la que llega el laser. A menos energía, más contaminación del coche.
Lo que todos tenemos claro pero nadie esta dispuesto a asumir es que la contaminación es cada vez mayor. CO, CO2, NOx o partículas son parte del rico aire que respiramos. En algunas ciudades se puede apreciar un ligero manto que las arropa, la nube de contaminación.
La solución a medio plazo se supone que es el aumento del parqué de coches eléctricos aunque las excasez de infraestructuras y costes hace difícil su implantación de manera rápida pero o empezamos a ponernos las pilas o tendremos un problema realmente grave con el aire que respiramos.
¿Qué opina de este tema querido lector? ¿Nos ha hecho un favor el Covid-19 en este aspecto? ¿Nos deberiamos preocupar a medio largo plazo?
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