Este tema me gusta porque lo he vivido muy de cerca. Es curioso ver como hay personas que viven en una completa infelicidad única y exclusivamente porque no pueden controlarlo todo.
Quiero controlar a mi pareja, a sus amigos, a los míos, a la familia… a todo el mundo que aparece en mi vida. Estas personas piensan que controlando estos aspectos controlarán su vida y serán felices, error.
En Psicología y comportamiento humano se suele hablar de los llamados círculos de influencia y preocupación. Ambos círculos están presentes en nuestras vidas y son importantes pero aún es más importante como actuar con cada uno de ellos.
En el círculo de influencia aparecen los aspectos de nuestra vida sobre los que tenemos algún tipo de control o influencia. Estos son los aspectos que tenemos que cuidar y de los que preocuparnos y poco a poco este círculo irá creciendo de forma correcta.
El círculo de preocupación abarca todos los demás aspectos de nuestras vidas en los que no podemos influir o no tenemos posibilidad de controlar. Este círculo suele ser más grande que el de influencia.
Las personas controladoras quieren dominar todo lo que aparece en su círculo de preocupación y al no poderlo hacer entran en un estado de mal estar y frustración continuo. Lo peor de todo es que este tipo de estados de ánimo son contagiosos.
Posiblemente todos conozcamos personas de este tipo, son personas con las que hace falta tener mucha paciencia y normalmente cuando las intentas explicar estos conceptos se sienten atacadas, de ahí lo de la paciencia. Vienen a ser los llamados… “Métome en todo”
Considero que en esta vida, para ser feliz es importantísimo tener muy bien definidos ambos círculos. En mi experiencia personal siempre he utilizado una frase para clasificar las cosas en dichos círculos.
“Lo que puedas solucionar, soluciónalo, y lo que no, no es tu problema”
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