EL PENSAMIENTO EN GRUPO

Nunca os habéis fijado que en esas reuniones de trabajo tan largas al final no sale nada claro. La gente sale frustrada y con la percepción de que ha perdido el tiempo. Esto termina por generar un desasosiego mayúsculo a la hora de ir a una reunión y a esquivarlas como si se tratasen de la peste.

La Paradoja de Abilene habla de que en ciertas ocasiones y debido a las personas que forman un grupo de toma de decisión se termina tomando la decisión incorrecta.

El sociólogo Irwin Jones lanzo la teoría del "Pensamiento en Grupo". Grupos pequeños y con líderes respetados terminan tomando una decisión errónea para mantener la cohesión y la unanimidad. Esto anula la creatividad y el pensamiento propio.

Los casos estudiados por Jones para analizar esta teoría han sido el bombardeo de Pearl Harbor, Vietnam o Bahía Cochinos entre otros, en los que se tomaron decisiones erróneas.

Cuando se toman decisiones en grupo se produce también el fenómeno de la polarización. Esto es que de manera individual podemos tener ciertas dudas sobre un tema pero que cuando estamos en grupo cambiamos de opinión o desaparecen esas dudas. El clásico ejemplo para esta situación es la clase política. Un político de manera individual expresa una opinión pero luego en el parlamento secunda la decisión unánime del partido.

"Cuando todo el mundo esta de acuerdo conmigo, siempre siento que debo estar equivocado." 

                                                                                                                                            Oscar Wilde.

"Donde todos piensan igual, nadie piensa demasiado."    

                                                                                                            Walter Lippman.

Con todo esto me viene a la cabeza la película Guerra Mundial Z. Hay un momento en el que se habla de la forma que tiene el consejo de Israel de tomar decisiones. Se reunen 10 personas, si 9 coinciden en la opinión la décima persona está obligada a disentir. De esta manera se abren a nuevas perspectivas. Luego podrán descartarlas o no.

Sí que es cierto que nuestro pensamiento suelo variar en función del entorno social, más que el pensamiento la decisión que tomamos. 

Tras esto solo nos puede quedar una cosa clara, antes de abrir la boca y expresar una opinión nos tenemos que asegurar de tener conectado el cerebro.