lunes, 14 de agosto de 2017

LA BÓVEDA DEL FIN DEL MUNDO SE INUNDA


Hace un tiempo  se habló en este blog de la llamada bóveda del fin del mundo. La bóveda está situada en la isla noruega de Spitsbergen y su función es albergar multitud de clases de semillas por si ocurriese un cataclismo. En este momento ya tiene casi un millón de paquetes de semillas así que estamos preparados para lo que sea. Dios no lo quiera.



El problema es que dentro de la definición de cataclismo parece ser que no estaba contemplado el cambio climático, que a día de hoy podríamos decir que es la amenaza más grande de nuestro planeta si descartamos a Trump y la banda de dictadores zumbados que tenemos por ahí.

Pero vamos al lío. El aumento de temperaturas del último año y medio ha hecho que el permafrost que protege la bóveda se derrita y esto ha provocado una inundación en la misma poniendo en riesgo las semillas.

¿Pero esto del permafrost no es lo que tienen los electrodomésticos? El permafrost es una capa que existe en el suelo de las regiones frías que está permanentemente helada. Como la bóveda está en el interior de una mina de carbón pues... ha tocado sacar las fregonas.


Lo que ha salvado las semillas es que la temperatura en el interior es de -18ºC y eso hizo que el agua se congelase en el pasillo principal. 

Este acontecimiento ha hecho que el gobierno noruego tenga la bóveda monitorizada las 24 horas del día para evitar riesgos. Aunque hay que decir que si creas una bóveda preparada para el fin del mundo y un aumento de grados te jode todo el plan, algo estás haciendo mal.

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